artículosParar la pelota

En muchas ocasiones nos sentimos sobrepasados por las situaciones que se dan en el relacionamiento de la familia con la empresa y pensamos, inclusive en tomar medidas drásticas. Ahora bien, en general, no pasamos a la acción y no tomamos ninguna medida sino que dejamos que las cosas sigan ocurriendo de la misma manera, con lo cual indudablemente no se producirá ningún cambio e, inclusive, las dificultades puede ir aumentado.

Utilizando un término futbolístico, es bueno “parar la pelota”, detener la marcha, pensar, conversar, evaluar y luego, volver a avanzar.

Ahora bien para “parar la pelota” uno debe tener tiempo y, usualmente, eso es lo que el empresario dice que no tiene ya que está todo el día apagando incendios. Ahora bien, si continúa en esa posición es muy posible que el incendio se haga más grande y ya no pueda apagarlo.

Lo que ocurre es que nos gusta mucho estar en la gestión porque es ahí donde nos sentimos útiles, pero debemos asumir que en la medida en que la empresa va creciendo nos necesita a nosotros en la dirección, diseñando las estrategias puesto que ésta es una tarea indelegable. Para ello debemos tomar la decisión y dejar la gestión en manos de nuestros colaboradores, entre los cuales pueden estar los familiares de la siguiente generación y dedicarnos a la dirección.

En esto de parar la pelota es muy importante crear espacios de diálogo entre los miembros de la familia lo cual, si bien no es difícil, es algo a lo cual no estamos muy acostumbrados ya que nos cuenta expresar nuestras ideas, especialmente cuando las mismas contienen algún comentario que sabemos que le gustará a un miembro de la familia. Al mismo tiempo nos cuesta recibir comentarios sobre nuestra persona que no son precisamente positivos.

Como en muchas de las cosas en las empresas familiar lo importante es dar el primer paso, sin tener demasiado expectativas pero con mucha seriedad, sinceridad y desprendimiento.

Estos espacios de diálogo deben tener un orden, lo que implica una frecuencia determinada, la fijación de una agenda previa, la designación de un coordinador, llevar apuntes, tomar decisiones y luego implementar las mismas.

Como se ve no es una cuestión muy difícil, desde el punto de vista operativo, pero sí es difícil porque debo dejar de preocuparme y empezar a ocuparme de temas que no me gustan pero que, necesariamente, deben ser abordados para que la relación entre los miembros de la familia pueda ser armónica ya que, en caso contrario, le ira mal tanto a la familia como a la empresa.

El momento es ahora. No debo seguir posponiendo “parar la pelota”. En realidad, en mi interior yo se que el no tener tiempo es una excusa y además, que mejor manera de invertir el tiempo, que en este tipo de tareas, tan necesarias para la familia y para la empresa.

En el caso que creamos que no podemos llevar adelante la tarea solos, una opción para el inicio es contratar los servicios de un profesional que pueda colaborar en la organización de estas reuniones de modo tal a contar con un guía, con un facilitar, cuya función se limite a éstas tareas ya que es la familia la que debe analizar los temas y tomar las decisiones correspondientes.

El tiempo pasa muy rápido y si seguimos posponiendo el “parar la pelota” el partido va a terminar con un resultado negativo, tanto para la familia como para la empresa, por lo que no queda otro camino que empezar la tarea ahora.

 

Marcelo Codas Frontanilla

marcelo@estudiocodas.com

Twitter: @CodasMarcelo

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