Desde hace unos años, cobra cada vez mayor fuerza, en Estados Unidos, América Latina e igualmente en Europa, la presencia de empresas con propósito, comúnmente conocidas como empresas B o empresas BIC (de Beneficio e Interés Colectivo)
Se trata de aquellas formas de negocio que combinan la búsqueda del éxito financiero o lucro con la generación de un impacto social y ambiental, todo ello desde el núcleo mismo de la actividad empresarial.
En sentido estricto, las empresas B son aquellas debidamente certificadas por una organización internacional, llamada B LAB, utilizando una herramienta desarrollada por la organización que mide el impacto que la empresa genera en el medio ambiente y la sociedad.
A diferencia de otras certificaciones, la medición del impacto de las empresas B se concentra en el funcionamiento global de la empresa como tal, y no solamente en ciertos aspectos de la misma, como ocurre en otros casos, por ejemplo, una construcción sostenible, o ciertas prácticas específicas.
Una empresa, tenga el tamaño que tenga, es empresa familiar si: 1. La familia comparte el control accionario y el gobierno de la empresa, siendo habitual, pero no imprescindible, la implicación de algún miembro de la familia en la gestión. 2. La familia comparte un legado familiar y una empresa que forman parte esencial de la identidad de sus miembros. 3. En la familia existe un deseo y voluntad de continuidad que se manifiesta en la transmisión de la empresa y su cultura a través de las generaciones (Natalia Christensen)
Las empresas B, como se dijo, son la nueva forma de hacer negocios y las empresas familiares son el tipo más antiguo de organización económica. No obstante, ambas tienen mucho en común, empezando por la clara vocación social.
Como lo expresa el Dr. Eduardo Favier Dubois: Al momento de preguntarnos sobre qué relación existe entre las empresas B y las empresas familiares, encontramos que hay una importante cantidad de elementos “culturales” comunes, ya que ambas clases de empresas:
- Están preocupadas por los valores y por las personas.
- Tienen buena relación con los trabajadores.
- Se relacionan bien con el entorno y el medio ambiente.
- Tienen interés en la continuidad en el tiempo de la actividad empresaria
- Presentan integrantes comprometidos, orgullosos y confiables.
- Poseen ánimo de lucro pero sin compulsión por las ganancias a corto plazo, siendo suficiente la sustentabilidad.
- Los parámetros para medir el “éxito” son diferentes de los de otras empresas.
- Son espacios y escuelas de emprendedores
En nuestro país contamos con empresas B certificadas, muchas de las cuales son empresas familiares, y el movimiento es articulado por Sistema B Paraguay, como parte de Sistema B Internacional, una organización presente en más de 10 países de la región y cuyos miembros trabajan activamente en la difusión de esta nueva forma de hacer negocios.
Marcelo Codas Frontanilla
marcelo@estudiocodas.com
Twitter: @CodasMarcelo