artículosEmprender en pareja

En los años que llevo asesorando y dando charlas a empresas familiares siempre me ha llamado la atención la cantidad de matrimonios fundadores de empresas que existen en el Paraguay. Lamento no poder precisar cuántos, porque carecemos de estadísticas oficiales específicas sobre emprendimientos en que los socios o directores son cónyuges. Tampoco sabemos con exactitud cuántas empresas familiares hay, ya que no se cuenta con estadísticas oficiales, pero se estima que aproximadamente entre el 75 y el 80 % de las empresas en el país son familiares.

Aun así, la doble sociedad matrimonio-empresa es una realidad que observo a menudo y que me ha llevado a reflexionar si vale la pena asumir con la pareja un riesgo adicional al emprender un negocio de a dos. Después de todo, la misma relación de pareja ya es de por sí compleja.

Hay posturas a favor y en contra de emprender un negocio en pareja. Personalmente no puedo aconsejar o desaconsejar un proyecto de este tipo, porque cada situación debe analizarse en particular, pero me inclino a decir que si una pareja está decidida a emprender, ¡hay que alentarla!, porque tiene, desde el inicio, una importante fortaleza: la confianza.

De hecho, si nos detenemos a pensar, veremos que, al principio, cuando un emprendedor se embarca en un proyecto o un sueño, muy pocas personas confían en que logrará realizarlo. Muchos a su alrededor tienen una visión negativa de lo que emprenderá y no le dan crédito, porque generalmente lo que persigue es algo nuevo, incierto o riesgoso.

Pero si hay alguien que cree en él —o en ella, según el caso— y le apoya, esa persona es su pareja. El apoyo de la pareja es de suma importancia para el emprendedor que decide transitar por un sendero desconocido, que no sabe adónde lo llevará en definitiva, pero que de todas maneras decide seguir con mucha pasión, esfuerzo y sacrificio.

Además de la confianza y el apoyo que un emprendedor puede encontrar en su pareja, está la cuestión del compromiso. Saber que la otra persona involucrada siente la misma responsabilidad de sacar adelante el emprendimiento, que va a cumplir y que no cometerá ningún acto desleal permite a ambos trabajar con tranquilidad.

Su relación laboral estará sustentada en un conocimiento mutuo y en un proyecto común cuya meta es el bienestar económico de ambos, el de sus hijos y de otros familiares. Alcanzar con otras personas, en una sociedad, el mismo nivel de conocimiento y confianza que se tiene con la pareja puede llevar años.

Marcelo Codas Frontanilla

marcelo@estudiocodas.com

Twitter: @CodasMarcelo

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