Una epidemia es una enfermedad que se propaga por un país durante algún tiempo, mientras que una pandemia se extiende a otros países. Así lo señala el Diccionario de Términos Médicos de la Real Academia de Medicina.
Claramente el coronavirus constituye una pandemia que está poniendo en jaque a todo el mundo, produciendo la muerte de muchas personas y con consecuencias en el tiempo aún impredecibles.
Al momento de escribir este artículo, estamos en pleno “encierro” obligado, conforme a las disposiciones del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social.
Si nos situamos en el 12 de marzo del año en curso, en el momento en que el Ministro de Salud comunicaba las medidas sanitarias que debíamos cumplir para evitar la propagación del COVID-19, muchos (entre los cuales me inscribo) pensamos que las medidas eran exageradas. Pero, en la medida en que pasan los días, nos damos cuenta que la visión que tuvieron las autoridades sanitarias en la adopción de las medidas fue acertada si así se puede decir.
En general, cuando algo ocurre solo nos referimos a los hechos negativos. Creo que hoy vale la pena también referirnos a los hechos positivos. En este sentido, estimo que el trabajo del Ministro de Salud y de su equipo es digno de todo elogio.
Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con la familia y con la empresa?
Si analizamos las acciones que está realizando el Ministerio de Salud ante esta situación, podemos notar que las mismas primero están claramente enmarcadas en un proceso de un profundo análisis de la situación. Este análisis les permite realizar una planificación de acciones concretas conforme a las disponibilidades del ente y proceder a su ejecución.
Así, el resultado que arrojó dicho análisis fue: la poca disponibilidad de los centros asistenciales, pocas camas y poco espacio en terapia intensiva en todo nuestro país. A partir de este panorama, empieza la planificación con la aplicación de las medidas sanitarias en forma inmediata y urgente, entre las que se encuentra el permanecer todos en nuestras casas para evitar la propagación del virus.
Este tipo de tareas son las que deben realizar las familias y las empresas en la relación que tienen entre ambas. Entonces, en familia se debe realizar un profundo análisis de cómo estamos en la actualidad y hacernos una serie de preguntas.
Este trabajo de hacernos preguntas en familia nos abrirá la mente y hablaremos sobre temas que nunca antes abordamos, fundamentalmente, por el temor de tocarlos y generar turbulencias entre los miembros de la misma familia. Pero, es muy necesario hacerlo.
Luego, debemos pasar a la etapa de planificación plasmando en documentos por escrito los acuerdos a los que vamos arribando a lo largo de la conversación. Plasmar acuerdos nos abre puertas a una etapa probablemente más difícil que es la de la ejecución.
Si realizamos esta tarea, si bien no es seguro, lo más probable es que nuestra empresa pase de una generación a otra sin mayores dificultades y que podamos lograr el objetivo de ser felices en la familia generando recursos suficientes en la empresa, en armonía.
Las autoridades sanitarias del país están demostrando que el sistema funciona. Manos a la obra para las empresas familiares…A empezar la tarea.
Marcelo Codas Frontanilla
marcelo@estudiocodas.com
Twitter: @CodasMarcelo
Publicado en la Revista FOCO en su edición de abril de 2020
One comment
Oscar Felix
18 marzo, 2020 at 5:29 pm
Excelente comparativo 👌