La Inteligencia Artificial (IA) es una rama de la Ciencia Informática en la que las máquinas realizan tareas como una mente humana, tales como aprender o razonar. El término IA representa un conjunto de disciplinas de software, lógica, informática y filosofía que están destinadas a hacer que las computadoras realicen funciones que se pensaba que eran exclusivamente humanas, como percibir el significado en el lenguaje escrito o hablado, aprender, reconocer expresiones faciales, etc.
En realidad la IA no es un concepto nuevo ya que Descartes (siglo XVII) hablaba sobre la posibilidad de los autómatas inteligentes. Posteriormente, una de las primeras acciones concretas fue cuando Alan Turing (1950) expresó que “Un sistema es lo suficientemente inteligente si consigue hacerse pasar por humano ante las preguntas de un juez”.
El nombre de IA es de la autoría del informático John McCarthy, profesor de Standford, quien lo mencionó por primera vez en la Conferencia de Darthmouth en el año 1956, definiéndola como “la ciencia y la ingeniería de fabricar máquinas inteligentes, en especial máquinas inteligentes de computación”. No obstante, el desarrollo de la IA tuvo un lento avance hasta que, a partir del nuevo siglo, se ha iniciado una imparable carrera.
¿Se puede aplicar la IA al Derecho? La respuesta, definitivamente, es afirmativa y, desde luego, ya se la viene aplicando. Esto trae como consecuencia un cambio de paradigma que va a modificar la forma en que se estudian y se resuelven los casos que a diario se presentan para un abogado, sea que esté en el ejercicio independiente de la profesión, o que se desempeñe como magistrado.
La unión entre la IA y el Derecho puede traer muchos beneficios, tanto para los abogados como para quienes necesitan de los servicios jurídicos y de justicia. La idea fundamental es que la IA sea un apoyo para los abogados, pero no que los reemplacen.
En la actualidad, la IA aplicada al Derecho se encuentra aún en etapa incipiente, pero los cambios vendrán de una manera mucho rápida que la que todos pensamos por lo cual es muy importante que quienes estamos vinculados al Derecho iniciemos la exploración de este fascinante mundo.
Cuando pensamos en los avances tecnológicos, en muchas ocasiones, creemos que los mismos llegarán dentro de mucho tiempo y que probablemente nosotros ya no lo veamos. Pero la experiencia nos enseña que estos avances se producen mucho más rápido de lo nos imaginamos y, en el caso concreto de la IA, no es una cuestión que vendrá dentro de un tiempo sino que ya está presente.
Para quienes nos iniciamos en el ejercicio profesional con el apoyo de una máquina de escribir, nos costó un poco cambiarnos a la computadora, pero el resultado fue fantástico. Del mismo modo, no será muy fácil trabajar apoyados en la IA artificial, pero si lo hacemos, los resultados serán aún mejores que el primer cambio citado.
Como se dijo, los operadores jurídicos (abogados, magistrados) no podrían ser desplazados por la IA pero su utilización puede optimizar el ejercicio de la labor jurídica y jurisdiccional en el futuro.
Carl Sagan afirma que “vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y de la tecnología y en la que nadie sabe nada de estos temas”. En consecuencia es necesario que nos interesemos mucho más por la tecnología ya de esa forma podremos ser más eficientes en los servicios que prestamos y en nuestra propia vida.
Marcelo Codas Frontanilla
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